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DIARIO

Tomo 1: 608 páginas Tomo 2: 616 páginas

ISBN: 978-956-314-388-1

Precio de referencia: $ 32,000

“Les doy más y más vueltas a los presupuestos que subyacen a un diario como éste. Hay que decirse que alguien lo va a leer. Hay que afirmar que no será lo suficientemente importante como para justificar la curiosidad de ese alguien. Pero hay otra cosa: está la magia de los hechos que tuvieron lugar, magia en el hecho de que la huella que dejaron en un diario es uniforme. Fascinación de esa casi inexistencia hecha trizas por la omnipresencia de la cronología. Otra cosa es volver sobre el diario, releerlo y resistir la tentación de corregirlo, de eliminar hechos dichos, cosas y el vicioso placer de saberse capaz de asesinar avatares desdibujados. Estas burbujas nomádicas”.

Así describe el cineasta Raúl Ruiz este colosal diario de artista, comenzado a fines de 1993, cuando tenía 52 años, e interrumpido sólo un mes antes de su muerte, ocurrida en agosto de 2011. Mezcla de bitácora, cuaderno íntimo y experimento literario, nos enteramos aquí del proceso de ideación y realización de sus últimos filmes, de sus principales intereses teóricos y cinematográficos, de sus obsesivas preferencias librescas, musicales y hasta gastronómicas, pero también de su preocupación por el curso del mundo, de Chile y de su propia salud, quebrada en parte por el devenir múltiple y agitado de su vida cotidiana, en la que convergían con igual intensidad el trabajo creativo, los viajes, los éxitos y fracasos, el estudio y la conversación sin tregua con una interminable lista de amigos.

Testimonio de una creatividad, una inteligencia y una honestidad intelectual a toda prueba, el diario de Ruiz, como dice Bruno Cuneo en el prólogo al compararlo con otras piezas del género, prescinde de “los aspavientos de una cabeza pagada de sí misma” y de las “confesiones punzantes acerca de las propias miserias o las de otros”, privilegiando “la inscripción en la escritura de un sujeto vulnerable, que siente vivamente el gozo, pero también el temblor de crear, sin el cual una obra no es humana ni tampoco sobrevive”.

 

RAÚL RUIZ, el más prolífico y singular de los cineastas chilenos, nació en Puerto Montt en 1941. Dramaturgo en sus comienzos, su carrera en el cine se inició en 1963 con la adaptación de una de sus obras de teatro –La maleta– y adquirió renombre en 1968 con Tres tristes tigres. Tras el golpe de Estado se exilió en Francia, y al poco tiempo se integró al Institut National de l’Audiovisuel, dedicado a la investigación y experimentación cinematográfica. Entre las más de 120 películas que dirigió, sobresalen –junto con Tres tristes tigresPalomita blanca, Diálogos de exiliados, La hipótesis del cuadro robado, Las tres coronas del marinero, Tres vidas y una sola muerte, El tiempo recobrado y Misterios de Lisboa. Su trabajo teórico se encuentra recogido en el libro Poéticas del cine. También incursionó en la narrativa con títulos como Tutte le nuvole sono orologi –firmado con el pseudónimo Eiryo Waga– y El espíritu de la escalera. En 1997 recibió en Chile el Premio Nacional de Artes de la Representación y Audiovisuales. Murió en París en 2011.