La arquitectura es parte del sedimento de una nación y, por ende, se convierte en testimonio de los avances y anacronismos propios de una sociedad en desarrollo. De formación francesa, Ricardo Larraín Bravo proyectó y construyó en varios lugares de Chile notables espacios que sustentan nuestra identidad. Esta publicación minimiza el olvido que la ciudad contemporánea impone al pasado en su afán incesante por la búsqueda de lo nuevo. La información rescatada, impresa y reconstruida aquí, nos muestra la postura de un profesional que confiaba en el futuro, apostando por una arquitectura bella y, a la vez, comprometida con las necesidades de los habitantes.