La poesía me ha dado otra especie de trabajo. Aunque las dificultades que presenta sean inagotables, un buen día uno se ha instalado en ella y empieza a luchar con esas dificultades desde adentro. Se trata, simplemente, de tener algo que decir –una emoción dominante basta y a veces sobra– y de saber hacerlo, empleándose a fondo en el manipuleo de una sustancia ilimitada que se adhiere al lenguaje vivificándolo. El crecimiento de un árbol no difiere del desarrollo de un poeta. El poeta es el escritor en estado de naturaleza.
Enrique Lihn
ENRIQUE LIHN (1929 -1988) es uno de los poetas latinoamericanos más influyentes de la segunda mitad del siglo XX. De su vasta obra cabe destacar La pieza oscura (1963), Poesía de paso (1966), Escrito en Cuba (1969), La musiquilla de las pobres esferas (1969), Por fuerza mayor (1975), París, situación irregular (1977), A partir de Manhattan (1979), Al bello aparecer de este lucero (1983), El Paseo Ahumada (1983), Pena de extrañamiento (1986), La aparición de la Virgen (1987) y Diario de muerte (1989), además de Una nota estridente (1968-1972), libro póstumo editado en 2006 en esta editorial. Su valiosa labor como crítico y ensayista ha sido recopilada hasta ahora en dos volúmenes: El circo en llamas (1997) y Textos sobre arte (2008). Fue también dibujante, dramaturgo y narrador, área, esta última, en la que sobresalen sus colecciones de cuentos Agua de arroz (1964) y La República Independiente de Miranda (1980) (ambos reeditados en un solo volumen con el título Cuentos reunidos en 2016) y sus novelas La orquesta de cristal (1976) y El arte de la palabra (1980).